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Los latinos que aman a Donald Trump

En el parque Flushing Meadows de Nuev York, en el distrito de Queens, hasta la radio habla español. Transmite un programa sobre el terremoto en Ecuador. En las numerosas canchas de fútbol, los jóvenes juegan luciendo playeras de las selecciones latinoamericanas, mientras que sus familias se reúnen en los pastos. Dominguean al estilo latino: carne asada y una hielera llena de latas de Tecate. Los niños hablan español con sus padres, pero a veces entre ellos prefieren el inglés.
Los hijos de María, una ecuatoriana que los domingos de primavera vende pollo y costillas asadas en el parque, son estadounidenses y bilingües. “Llevo 20 años aquí y tengo papeles. No, no me siento gringa… bueno, un poco tal vez sí”, dice María. “¿Donald Trump? No me gusta para nada. Habría que agradecer a los migrantes indocumentados, son los que trabajan en lo que sea y ni siquiera les regresan algo de los impuestos que pagan”.

No todos los estadounidenses que se reconocen como latinos están de acuerdo con María. El 16 por ciento de los 27.3 millones de votantes hispanos tiene una visión favorable sobre Trump, según una encuesta presentada en febrero por The Washington Post y Univision Noticias. Otras encuestas, realizadas más recientemente por Latino Decisions y Los Angeles Times, hablan de menos del 10 por ciento. El porcentaje es muy bajo, sin embargo, llama la atención que por lo menos 2.7 millones de personas tengan una visión favorable, y tal vez voten, a un hombre que los calificó de narcotraficantes y violadores.

En Nueva York, los jóvenes juegan fútbol luciendo playeras de las selecciones latinoamericanas. Foto: Orsetta Bellani

Las declaraciones de Trump sobre los latinos son, en realidad, muy contradictorias. El precandidato republicano afirmó también amar a México y tener muchos amigos mexicanos. “Es un oportunismo político, Donald Trump siempre ha sido muy errático en sus declaraciones”, afirma Laura Carlsen, analista política del Center of International Policy, que opina que la victoria de Trump no sería un peligro sólo para México y Estados Unidos, sino para el mundo entero. “Empezó con unas declaraciones muy ofensivas, que provocaron una reacción fuerte en la sociedad mexicana y estadounidense. Supongo que luego sus asesores, sobre todo ahora que es el candidato más probable del Partido Republicano, le estarán diciendo que es imposible ganar la presidencia sin el voto latino”.

El 5 de mayo, Donald Trump publicó en sus redes sociales una foto donde se ve feliz y hambriento frente a un bowl de taco. “¡Feliz 5 de mayo!”, dice el pie de foto. “Los mejores bowls de taco se preparan en el Grill de la Torre Trump. ¡Amo a los hispanos!”.

Entrevistado por la revista People, el chef ejecutivo del restaurante, Christopher Devine, afirmó que desde aquel día se dispararon las ventas de este platillo, supuestamente, mexicano.

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“Está cerrado a menudo, van y vienen”, me dice un joven que me ve espiar tras un vidrio de la sede del Partido Republicano del Bronx. Es un pequeño cuarto lleno de banderitas estadounidenses y de sillas ordenadas como si hubiera un mitin. A juzgar por el mobiliario y el piso de moqueta, parece que está cerrado desde la década de 1970.

Antonio Meléndez es republicano y lleva una sudadera con el nombre del Bronx, el distrito donde vive desde toda la vida. Nació en Nueva York de padres puertorriqueños, y a veces su español acaba en inglés. Afirma sentirse muy latino —“soy un nuyorican”, dice riendo— y no tiene dudas de que la mejor persona para gobernar a su país sea Donald Trump. El 19 de abril, cuando el precandidato republicano ganó las primarias del estado de Nueva York, salió a festejar con sus amigos.

Meléndez se queja de que en el Bronx no hay muchos republicanos. Casi el 30 por ciento de los habitantes de este distrito, el más latino de la metrópoli, vive rozando la línea de pobreza, y para Meléndez no votan al partido conservador porque tienen la convicción, según él equivocada, de que no se preocupa de las clases bajas.

“La economía está muy mala aquí y hay que arreglarla, cuando yo era chamaquito no había tanta gente pobre y sin casa. Creo que Trump podría hacer un verdadero cambio en la situación de este país”, explica.

De acuerdo con la encuesta ya mencionada de The Washington Post y Univision Noticias, la economía es el tema que más preocupa a los hispanos y que más influye en sus decisiones de voto. Donald Trump se nutre de la frustración que décadas de políticas neoliberales han dejado en buena parte de la población estadounidense. El virtual candidato republicano es “anticasi todo”: critica a Wall Street, la “política tradicional”, el libre comercio y, en especial, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que quisiera cambiar para obligar a las empresas estadounidenses que trasladan su producción al extranjero a pagar sanciones.

Antonio Meléndez asegura que muchos más latinos aprobaban a Trump antes de que se sintieran ofendidos por sus palabras. “A los latinos no les gusta lo que Trump dice de ellos, pero están de acuerdo con que en Estados Unidos no entren los ‘terroristas’ [en realidad, Trump habló de ‘musulmanes’], es una doble moral”, afirma Meléndez.

A pesar de su intención de voto, y de la misma forma que el 74 por ciento de los hispanos-estadounidenses, Meléndez considera ofensivos los comentarios de Trump sobre los mexicanos, le parece absurda la idea de construir un “grande y hermoso” muro en el Río Bravo, y no quiere echar del país a los 11 millones de migrantes indocumentados, en su mayoría hispanos. Meléndez cree, al contrario, que “todos pueden ser ciudadanos, todos tienen el derecho de estar aquí. Estados Unidos se hizo con la idea de que es un país libre donde cualquiera puede venir”.

Casi se podría afirmar que Antonio Meléndez ama a Trump porque está convencido de que no cumpliría con sus amenazas. “Lo que dijo de los mexicanos…”, dice mirando por un instante al techo, con el tono de un padre obligado a justificar las travesuras de su hijo, “tú sabes que él no va a hacer nada de esto, no hay ningún presidente que pueda decir quién se puede ir de este país. A mi él me gusta porque es un hombre firme y fuerte, que no se va pa’ atrás”.

Mural en Manhattan. Foto: Orsetta Bellani

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También a Juan Guzmán le gusta Donald Trump. El hombre lleva 25 años viviendo en el Bronx y es dominicano, la nacionalidad más común entre los casi tres millones de latinos —una tercera parte de la población total— que viven en Nueva York.

Conduce su taxi entre los edificios de ladrillos del Bronx quejándose del tránsito, aunque reconoce que en las metrópolis latinoamericanas es peor, y que la contaminación es más tenaz. “Admiro a Trump por ser una persona práctica, por el éxito que tuvo en su vida”, afirma el taxista dominicano, que apreció la decisión del magnate de deslindarse de las corporaciones.

Sin embargo, según Guzmán, Trump “dice demasiado la verdad”. Está de acuerdo con que es necesario controlar el flujo de migrantes, porque “cada uno es dueño en su casa y decide; pero las cosas que dijo sobre los mexicanos y el muro, esas no se pueden decir”.

A pesar de la fascinación que el magnate republicano le causa, Juan Guzmán votará por Hillary Clinton, como la mayoría de los estadounidenses-hispanos. Le parece la persona más adecuada para gobernar el país, por su capacitad de mediación y su larga experiencia política.

Clinton y Trump son los precandidatos que con toda probabilidad llegarán a las presidenciales del 8 de noviembre. Algunas encuestas realizadas en las últimas semanas por los medios estadounidenses muestran que Trump podría ganar. Sin embargo, otros sondeos han arrojado un resultado a favor de la virtual candidata demócrata, como la reciente encuesta de The Washington Post, que le da a Hillary Clinton una ventaja de dos dígitos sobre Trump.

De todos modos, el 60 por ciento de los votantes tiene una opinión negativa de ambos. De acuerdo con HuffPost Politics, el único precandidato que había sido visto positivamente por los estadounidenses es el “demócrata socialista” Bernie Sanders que, de haber superado a Clinton, habría podido ganarle a Trump por diez puntos.

Las familias dominguean al estilo latino: carne asada y una hielera llena de latas de cerveza. Foto: Orsetta Bellani

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El 8 de octubre de 2015, durante un mitin en Las Vegas, el precandidato republicano invitó a subir al escenario a una mujer, que sacudía con entusiasmo un número de la revista People donde Trump salía en la portada con su familia. Era la colombiana Myriam Witcher, que lo abrazó emocionada y declaró eufórica su amor por él: “Soy hispánica y voto por el señor Trump. Señor Trump, ¡te amamos!”.

El video del mitin se hizo viral y Witcher, que nació en Colombia y se mudó legalmente a Estados Unidos hace 16 años, se volvió el símbolo de los hispanos que apoyan a Trump. “Aquel día fue un día muy grande para mí, nunca lo podré olvidar”, asegura Witcher, que pronto publicará un libro en el que explica por qué adora a Trump. “Muchos periodistas empezaron a llamarme y fue un cambio en mi vida tremendo e inesperado”.

Witcher cuenta haberse quedado dormida, un par de noches antes del evento, con la revista en el pecho, y que soñó con encontrar a Trump y darle la mano para felicitarlo. La pasión de la mujer por el magnate empezó hace 20 años. Los libros de Trump fueron textos fundamentales en su formación profesional, y hoy Witcher se dedica con éxito a exportar café y flores de Colombia.

“Lo que me apasiona es el ser humano maravilloso, su esencia. La gente no lo conoce porque los medios de comunicación dan un mensaje completamente erróneo sobre él, sobre todo los medios en idioma español”, afirma. “Su corazón es tan bello, ayuda con tantas cosas de caridad. Puede llegar a ser el mejor presidente del mundo entero. Hillary Clinton va hacia el camino del comunismo, aquí lo llaman socialismo, pero no es socialismo cuando hay una dictadura”.

En su cuenta de Twitter, Witcher publicó un meme en el que se ve al periodista mexicano Jorge Ramos ahogándose en el Río Bravo. “México no manda lo mejor”, asegura el meme. La mujer afirma que le parte el corazón pensar en todas las personas que pagan con su vida el intento de llegar a Estados Unidos, y que sin embargo hay demasiados violadores que logran cruzar la frontera.

“Esta gente como los violadores no tienen que vivir en ninguna parte del mundo, tenemos que parar con esto, perdimos muchísimos ciudadanos americanos de todas las razas. Sabemos que hay muchísimos seres humanos bellos, pero para el bien de México y de los Estados Unidos, todo el mundo tiene que tener sus papeles”.

De acuerdo con David Ayon, politólogo y colaborador de la encuestadora Latino Decisions, Trump seduce a los votantes haciéndoles creer que tiene éxito en los negocios, que sabe cómo crear empleos. “Podemos ver en la cultura política de Latinoamérica una disposición mayor de apoyar a los hombres fuertes, y él comprueba la idea de que lo es, precisamente atacando a grupos vulnerables como los migrantes indocumentados”, explica Ayon, que subraya cómo mucha gente de origen latinoamericano, incluso una buena parte de los cubanos que son considerados como un grupo conservador, se sintió ofendida por este ataque.

Sin embargo, en Las Vegas y en Nevada, donde los hispanos son el 27 por ciento de la población, en las primarias el 44 por ciento de los latinos republicanos votaron por Donald Trump.

“Hace un par de meses nadie esperaba que ganáramos aquí”, dijo Trump comentando el increíble resultado, y afirmando que habría logrado la nominación republicana antes de lo previsto. De hecho, a dos meses de la Convención Nacional de Cleveland, su candidatura a las presidenciales ya estaba casi asegurada.

Nunca en la historia de Estados Unidos había habido tantos votantes hispanos. Foto: Orsetta Bellani

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“Me cae mal ese payaso [Trump], es una marioneta de las corporaciones. Pero la que me preocupa es Clinton, ella tiene el apoyo de corporaciones dedicadas a los centros de detención de migrantes. Trump nos está haciendo un favor, está sacando del clóset a todos los antimigrantes”, dice Antonia Álvarez.

Encontramos a la mujer en el memorial a Martin Luther King de Washington, D. C., un monumento imponente a la orilla de un lago artificial rodeado de cerezos, cuyas flores rosa explotan en primavera. Antonia Álvarez nació en la Ciudad de México, desde hace 15 años vive en Estados Unidos e integra la Asamblea de Derechos Civiles de Minnesota, una asociación que lucha por los derechos de los migrantes. Viajó más de 20 horas para llegar a la capital y manifestarse frente a la Corte Suprema, que el día siguiente iba a debatir sobre la constitucionalidad de dos órdenes ejecutivas de Obama —llamadas DACA y DAPA—, que permitirían la regularización de unos cinco millones de migrantes indocumentados.

Antonia Álvarez está preocupada porque los latinos son el grupo que menos vota: de acuerdo al Pew Hispanic Center, sólo el 44 por ciento de la población hispana lo hace. “Muchos de nosotros tenemos hijos nacidos en Estados Unidos, pero aquí muchos hijos son apolíticos como sus padres y se abstienen del voto, y eso les da el tiro a sus padres, porque no les da la libertad, porque allá en México de nada sirve votar y aquí no quieren votar”, afirma Antonia.

Sin embargo, según el Departamento de Migración, en 2016 las nacionalizaciones aumentaron el 20 por ciento y algunos analistas opinan que, por parte de la comunidad latina, la decisión ha sido tomada en función anti-Trump. “Tenemos datos duros de que ha habido un aumento de la personas que están solicitando la ciudadanía, y hay muchos mexicanos que están buscando empadronarse para poder votar”, afirma David Ayon de Latino Decisions.

Nunca en la historia de Estados Unidos había habido tantos votantes hispanos, y son muchas las organizaciones que los están animando a ir a las urnas o a empadronarse para detener la avanzada del republicano. Como la campaña “¡Duro contra el muro! Empadrona un mexicano para que vote”, que quiere empujar a los ocho millones de estadounidenses de origen mexicano a registrarse para ejercer su derecho de voto. Aunque la idea de que ninguno de ellos votará por Donald Trump tal vez está un poco equivocada.

Artículo publicado en Newsweek en Español el 8.07.2016

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